jueves, 26 de noviembre de 2009

De el hotel California

11 comentarios

Seguramente muchos, como yo, han escuchado hasta el cansancio este tema reproduciendo ciertas emociones, creándole historias posibles a la melodía; la letra, un misterio para los que aún no tienen su oído adiestrado para el inglés; yo sólo atinaba a entender el nineteen sixty nine. Yo creía en ese entonces que se trataba de una historia de amor, y sabía que la letra debía ser intensa, que encerraba toda una buena historia, y doblaba mis rodillas figiendo tocar la guitarra maravillosa The Eagle. Siempre me decía a mí mismo que llegando a casa buscaría la traducción en el Google, pero por diversas circunstancias no llegaba a hacerlo nunca (algún correo electrónico anunciando un nuevo examen, o un interesante comentario en el Facebook, algún insulto en el perfil de mi Hi5, o una ex novia mandándome zumbidos por el messenger). Fue así como hace unas semanas atrás decidí no abrir el correo para nada, sentarme y sólo leer la letra, y he aquí la traducción que encontré:



HOTEL CALIFORNIA (The Eagles):


En un oscuro camino del desierto, viento frío en mi pelo, Cálido olor de colitas, elevándose en el aire. Adelante, en la distancia, vi una luz trémula. Mi cabeza se puso pesada, y mi vista se oscureció. Tenía que parar por la noche, Ella estaba allí enla puerta de entrada, Yo escuché la campana de la misión, y pensaba para mi 'Esto debe ser el cielo o el infierno'. Entonces ella encendió una vela y me mostró el camino. Había voces bajo el corredor, Me pareció escucharlas decir... 'Bienvenido al Hotel California Un lugar tan adorable, un lugar tan adorable Lleno de habitaciones. El Hotel California, En cualquier momento del año, lo puedes encontrar aquí'.


Su mente está perturbada por las alhajas, Ella tiene el Mercedes Benz, Ella tiene muchos chicos lindos Que llama amigos. Como bailaban en el patio, dulce sudor de verano; Algunos bailes para recordar, algunos bailes para olvidar. Entonces yo llamé al Capitán, Por favor, deme mi vino, y él dijo: 'No hemos tenido ese espíritu aquí desde 1969'. Y aún aquellas voces están llamando desde lejos, Te despiertan a la media noche, Solo para escucharlas decir... 'Bienvenido al Hotel California, Un lugar tan adorable, un lugar tan adorable'. Ellos disfrutan la vida en el Hotel California, Que linda sorpresa, trae tus excusas.


Espejos en el techo, el champagne rosado en hielo, Y ella dijo: aquí somos todos prisioneros´De nuestra propia invención'. Y en la recámara del Capitán Ellos se reunieron para la fiesta; Ellos la apuñalan con sus cuchillos acerados, Pero no pueden matar a la bestia. Lo último que recuerdo Es que estaba corriendo hacia la puerta. Yo tenía que encontrar el pasaje que me llevara Al lugar donde estaba antes. 'Relájate', dijo el hombre de la noche, Estamos preparados para recibirte; Tu puedes reservar en cualquier momento que quieras, ¡Pero nunca puedes irte!



Mietras leía la letra en castellano, mi mente empezó a reproducir las palabras -ahora nítidas- en inglés: "Welcome to the Hotel California; is a lovely place..." Pensé en una película de terror que vi en el 2007, que tenía que ver con el gastado tema de los hoteles encantados, se llamaba 1408, creí que, similar a la película, algo ocurrió en un hotel, del Estado de California, en 1969, y que era esa la alusión hecha en la letra. Así empecé a profundizar sobre el tema, adentrándome en la leyenda urbana...



Algunos quieren creer que lo que dice la banda acerca de su creación es cierta, pero existen otros iluminados más que piensan que la versión de la banda es solo una pantalla que cubre algo más siniestro.



Versión de la banda


Según la banda, la canción es una alegoría acerca del hedonismo y la autodestrucción de la industria de la música en el sur de California en fecha de finales del decenio de 1970. Don Henley considera esta canción como "nuestra interpretación de la alta vida en Los Ángeles" y, posteriormente, reiteró que "es básicamente una canción sobre el lado oscuro del sueño americano y sobre el exceso en los Estados Unidos", tema del que ellos saben mucho.El Hotel es California, mostrada en un estado de putrefacción interna. Es el lugar metafórico donde la corrupción artística de las estrellas de música rock impera y son aprisionados entre sus paredes para no poder salir jamás.



La teoría del Satanismo


Muchas han sido las interpretaciones de la letra de la canción. Inclusive que posee un tema satánico o fantasmagórico. Algunos llegaron a creer que el Hotel California existió. En realidad, sí existe un Hotel California en Todos Santos, Baja California, México; pero nada tiene que ver con el que se relata en la canción. De hecho, ninguno de los integrantes de la banda llegó a pasar la noche allí, ni siquiera han pasado cerca de ese lugar y, por lo tanto no escribieron la canción en ese lugar.



Relación con Anton LaVey


Muchos piensan que la canción se hizo a petición del satanista Howard Stanton Levey, quien más tarde se cambiaría el nombre a Anton Szandor LaVey (Abril 1930 – Octubre 1997) y que el Hotel Califonia representa a la primera Iglesia de Satán. LaVey es conocido principalmente por haberse autoproclamado como el Papa Oscuro o Papa Negro. Los creyentes de esta teoría sacada de los pelos declaran que la figura de LaVey se encuentra en la imagen del poster interno del álbum, en el balcón del segundo piso. Muchos creen que el Hotel California es el lugar donde LaVey escribió la Biblia Satánica.Según la web jesus-is-savior.com, el autor se atreve a afirmar que los integrantes de la banda Eagles estaban muy involucrados con la Iglesia de Satan. Dan como dato que el representante de la banda, Larry Salter, había admitido el 28 de febrero de 1982 al diario Tribune-Herald de Waco, que en verdad la banda tenía vínculos estrechos con la Iglesia de Satan. Sin embargo, una búsqueda en la web del Tribune-Herald no trae ninguna referencia a esta noticia. Si tal cosa fuera verdad, otros diarios importantes la tendrían, pero de igual modo, una búsqueda en internet solo trae resultados de páginas web que portan exactamente la misma noticia tal y como aparece en jesus-is-savior, solo que traducida. Esto forma parte de la rumorología, donde una noticia amarillista termina siendo difundida por todo el orbe y tomándose como cierta.Muchos piensan erróneamente que la fecha dada en la canción, 1969, es la fecha de fundación de la Iglesia de Satan, mas esto no es verdad, ya que existen registros que muestran que la fundación de dicha iglesia fue en 1966, fecha que LaVey proclamó como el año Uno o Anno Satanas, el primer año de la Era de Satanás.



La teoría del Purgatorio


La interpretación que más seguidores ha afianzado es que el Hotel California es el purgatorio de las creencias católicas y que el narrador es un viajero que falleció en la carretera pero que aún no lo sabe. De hecho nada hay de satánico en las letras, aunque la palabra "beast" quiera relacionarse con la Bestia apocalíptica del cristianismo.Esta teoría nos menciona que el narrador de la historia muere en una carretera desertica por la noche debido a un accidente automovilístico. El problema es que él aún no se da cuenta de su nueva naturaleza. Llega al Hotel California decidido a descansar y una mujer le da la bienvenida, mientras escucha unas campanadas. La mujer enciende una vela para mostrarle el camino ya que por alguna razón, el hotel debe estar a oscuras por la falta de energía eléctrica y en el pasillo escucha unas voces que no sabe de quienes o de dónde provienen. Las voces le dan la bienvenida al Hotel California, un lugar con abundancia de cuartos en cualquier época del año.Mucha gente hay ahí. Unos bailan otros solo están observando sin hacer nada. EL tiempo pasa y el narrador pide que le traigan el vino para cenar. El capitán de meseros le responde que no han tenido ese tipo de bebida espirituosa (licor) desde 1969. Se va a su cuarto a dormir, pero es despertado a mitad de la noche por las mismas voces fantasmales. Al día siguiente, en un cuarto con espejos en el techo y sentado a la mesa con una botella de champaña reposando en hielo, la mujer le menciona que todos los huéspedes y trabajadores se encuentran prisioneros ahí debido a sus propias creaciones e invenciones. Lo que sigue es un poco oscuro y más confuso. En las recámaras de alguien importante al que llaman el Maestro, todos se reunieron para un festín. Sacaron los cuchillos de acero y, a pesar de que apuñalaban a una bestia, no pudieron matarla. Lo que nuestro personaje vió, lo asustó de gran manera que comenzó a correr buscando el lugar por donde entró. Pero por más que corría y buscaba por los alrededores no podía encontrar la salida. Pronto, le sale al paso el cuidador nocturno y le pide que se calme. Le menciona que todos los trabajadores del hotel están entrenados para recibir a la gente. Que el puede pedir lo que quisiera y salir del hotel, pero que jamás podría abandonar el lugar por completo.Si uno como audiencia, puede tragarse la teoría del purgatorio, lo demás viene fácil. El Hotel California es el limbo donde están las personas que no pueden ir al Cielo, pero no se encuentran tampoco en el Infierno. Todos ahí dentro saben de su condición e intentan convencer y enseñar a los recién llegados cual es su nueva condición y cual es la naturaleza del lugar al que han llegado. El narrador de la historia recibe la noticia, como posiblemente los demás nuevos, con perplejidad y miedo a enfrentar su situación.



Post Scriptum:


* Warm smell of colitas, rising up through the air


Muchos mencionan que ese aroma es la razón del relajamiento que el narrador experimenta y por el que posteriormente explica que su cabeza se hacía pesada y su mirada se sentía cansada por lo que no podía ver claramente: My head grew heavy and my sight grew dim. Unas pocas personas creen que los autores mencionan el aroma debido a que algunas personas moribundas mencionan antes de fallecer que están experimentando la sensación de un olor particular. Es decir, huelen un aroma delicioso que en realidad no existe. Esto es análogo a la sensación de ver a personas fallecidas tiempo atrás, o sentir en la boca un sabor.



* This could be Heaven or this could be Hell


El narrador da esta declaración a manera de duda. No es ni una cosa ni otra, ya que se encuentra en el Purgatorio.



* And still those voices are calling from far away


Voces que el narrador escucha pero de las que no puede localizar su origen o de quien provienen. Las escucha dos veces antes de darse cuenta de su nueva naturaleza.



* La palabra espiritu


Los autores juegan con las palabras. A los licores se les conoce también en ingles como spirit.



* Colitas


Como mencioné anteriormente, colitas es una de las palabras usadas en la canción que más controversia y polémica ha causado en foros de discusión. En varias páginas se menciona que es un tipo de flor que solo se desarrolla en zonas desérticas. Sin embargo, no existe ninguna referencia a flor alguna en las páginas de botánica a la cual se refieran de esta manera. Otras personas mencionan que es el aroma de la mariguana siendo quemada y la razón que dan es que la palabra colitas es una mala traducción al inglés de la palabra colilla, como en colilla de cigarro, siendo el tal cigarro de mariguana. Como muchos saben, los cannabinoides tienen la propiedad farmacológica de relajar los músculos. La sustancia tarda menos de 25 segundos en llegar al cerebro. Una última teoría nos habla de que el narrador es una mula (en la jerga de los narcóticos es la persona que transporta droga) y que de alguna manera su automóvil sufrió un accidente y al incendiarse los paquetes de mariguana comenzaron a despedir el olor a quemado con aroma a colitas. Ésto es lo que el personaje huele antes de morir.Lamentablemente los autores no aceptan ninguna de estas teorías acerca de colitas y vamos a tener que especular acerca de qué es lo que significa realmente.



Otras leyendas irrisorias


Aún hay foros de opinión que recogen pedazos de la historia y quieren que se agreguen como parte del folclor alrededor de la leyenda.Algunos dicen que el Hotel California era un motel donde unos canibales se comían a los huéspedes. Otros mencionan que el cálido olor de colitas que se eleva por el aire es en realidad el olor de la mariguana ardiendo, y que la canción es una apología a esta droga.Existen incluso foros donde mencionan que los integrantes de la banda The Eagles eran seguidores de Anton LaVey siendo que no existen pruebas que confirmen este hecho.Que las fotografías del álbum fueron tomadas en el auténtico Hotel California, cosa que no es verdad, ya que fueron hechas en el Hotel Bevery Hills que se encuentra a 30 minutos del Aeropuerto Internacional de Los Angeles.



El Hotel California Real


Uno puede visitar el Hotel California que se encuentra en la localidad de Todos Santos, pueblo está situado a 80 kilómetros al sur de La Paz y a 73 al norte de Cabo San Lucas; en el estado mexicano de Baja California Sur. Este Hotel California, construído en 1947 y cuya inauguración fue en 1950 por sus fundadores, el señor Don Antonio Wong y su esposa Trinidad no tiene absolutamente ninguna relación con el Hotel California de la canción, a excepción, como ya sabemos, de la admirable coincidencia de nombres.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

De viajes intergalácticos abordo de la Daewoo II

10 comentarios

Saliendo divisé a la Daewoo decentemente llena (aclaración: generalmente los pasajeros van tan revueltos abordo que el espacio vital no cabe con uno mismo). Titubeé al reconocer que, además de cruzar corriendo la autopista -esquivando automóviles-, tendría que subir al bus cogiendo con una mano mi pedazo de torta de chocolate. Lo peor de todo es que ya ni ganas tenía de comerme ese pastel por el que acababa de pagar un sol con veinte centavos, era un total desperdicio de dinero y ahora se transformaba, además y todavía, en un estorbo, una masa potencialmente hecha para manchar de chocolate a los demás pasajeros. Mientras hacía la acrobacia de subir, pagar, darle un mordizco a mi torta, mostrar mi carné universitario y 'avanzar al fondo'; me veía a mí mismo como un marrano, y en cada mordida, migajas de color marrón caían sobre los pasajeros que iban sentados, el extremo cremoso manchaba las blancas camisas de los trabajadores que volvían a casa y mis retinas soportaban todas las miradas de desprecio lanzadas por los pasajeros ensuciados. La música era la detestable cumbia de siempre, sin embargo mi torta -y yo comiéndola en un bus lleno- se me hacía aún peor. Si la cumbia tuviera ojos seguramente le hubiese clavado una mirada igual a la que la chica sentada frente a mí arrojó sobre mi pupila.


Mi mochila bamboleaba, pesada, cuando algún pasajero pasaba por mi costado; yo, con los cachetes inflados por un chocolate cremoso que se hacía cada vez más pegajoso en el interior de mi boca, intentaba detener el movimiento a guisa de péndulo que realizaba mi mochila y que amenazaba con golpear la cabeza de la chica sentada frente a mí. Y la detenía con éxito, como aquel arquero de fútbol defendiendo con reflejos su portería. Ella sólo me miraba cada más feo mientra escuchaba su propia música a través de sus audífonos. El bus frenó y subió una docena de universitarios frente a la puerta tres de la universidad de San Marcos; ella comprendió que ni Íker Casillas la salvaría de ser golpeada por mi bamboleante mochila, y yo me sentía tan estúpido sin poder terminar de tragar mi torta de chocolate.


- Yo cargo tu mochila por ti.

Sus mejillas rosadas y sus manos lindas aunque algo descuidadas, y yo con los cachetes inflados, temiendo que las migajas marrones escaparan por mis labios masticando mientras que al mismo tiempo intentaba lanzar un 'Gracias' varonil. No ocurrió ni lo uno ni lo otro: felizmente las migajas no salieron disparadas para manchar sus lindos cachetes, pero mi palabra de gratitud no salió para nada varonil, más bien ridícula.


Con la mirada trataba de ordenar al señor que iba sentado al lado de la chica de los audífonos que se bajase de inmediato del bus, temía que alguna señora gorda suba al carro y se parase a mi costado esperando que cuando el señor se digne a bajar yo le ceda ese asiento. Cogí el último trozo de torta, importándome nada el que mis dedos se manchen con la crema, y lo introduje de un golpe a mi cavidad bucal, la muchacha me miró nuevamente y yo me avergoncé, así que consulté rápidamente mi reloj para evitar el cruce de miradas, la bolsa asquerosa de la torta manchó mi chompa cuando doblé el brazo para ver la hora, introduje la bolsa en mi bolsillo casi por reflejo, luego advertí que mi pantalón resultaría manchado, la muchacha sonrió al ver mi rostro de nerd aflijido por la pésima actuación, el señor se levantó pidiendo permiso, ella se arrimó contra la ventana y felizmente ninguna vieja gorda estaba cerca mío para impedir que me siente a su lado. Me devolvió mi mochila y yo intenté mejorar mi 'Gracias'. El resultado no cambió.


En el transcurso noté que no podía preguntarle la hora a causa de que ya había mostrado mi reloj pulsera. Si hubiese sido una película de Hollywood hubiese ocurrido alguna desgracia, algo se hubiera salido de control y yo hubiera podido salvarla mediante un reflejo heróico; claro, y ella sería Megan Fox. En vano esperé una balacera, o a los hinchas de la U que regresaran contentos tras vencer al Cienciano; nada de eso ocurriría. Opté por sacar a Julio Cortázar de mi mochila y empezar a leer, y, por supuesto, quitarle a esa chica todas las dudas hasta ese momento esperadas: mi figura era la de un completo nerd.


Pasaba una por una las páginas, y por dos ocasiones logré percatar que la muchacha leía conmigo, lamentablemente un bostezo de su parte me permitió saber de inmediato que Cortázar no era de su agrado; luego, ella le bajó el volumen a su walkman, y dejó descansar su cabeza sobre el vidrio de la ventana. Cortázar y yo nos reprenderíamos como lo hizo alguna vez Gabriel García Márquez en uno de sus cuentos peregrinos, ¡Carajo, por qué no nací Tauro!


Tras terminar de leer un cuento opté por sacar mi Perú.21, mi sudoku, y empezar a desarrollarlo en su delante. No solamente ella sabría que quizá yo era el más nerd de los nerds, sino que, en mi idiosincracia, empezaba a sospechar que mi estupidez 'intelectualoina' le hacía gracia, me parecía haberla descubierto sonreír en más de una ocasión durante ese viajecito; quizá ella podría ayudarme a desarrollar el rompecabezas numérico, quizá ella me hablaría a mí primero. Ella volteó, me vio con una mirada alguito mejor que la que sugiere el asco, y volvió a perderse entre su música y sus pensamientos contra la ventana. Ello me exigió batir mi propio récord: siete minutos exactos para resolver un sudoku cuatro estrellas Perú.21.


¡Cuántas veces había logrado con éxito entablar conversación con la chica sentada a mi costado! Siempre sacaba como mínimo el nombre, un par de veces intercambié direcciones electrónicas, hoy sólo me aguardaba el fracaso. Quizá estaba rompiendo la regla dorada de todo mujeriego ocasional: no interesarse realmente, jamás perder la intensión netamente deportiva, no dejarse embobar. Giré rápidamente las páginas del diario hasta llegar al Crucigrama. ¡Lotería! Esa era la estrategia. La muchacha, ya sin pena ni rechazo, se inclinó hasta descansar sus hombros sobre los míos y poder observar atentamente el crucigrama. Empecé rápidamente para detenerme luego, demostrando mi absoluta incapacidad para desarrollarlo, invitándola a dar su opinión, rogándole con mi lenguaje corporal que se uniera y me soplara alguna palabra. Quizá sí entendió el mensaje, pero quizá no se sabía ni una. Seguí desarrollando el crucigrama, ella me observaba atentamente, sentía su mirada sobre mi bolígrafo. Oí unos golpeteos, levanté animoso mi vista hasta encontrar la suya, preguntándole visualmente '¿Cómo?'. Pero ella me miró como a bicho raro; noté que los golpeteos eran por el seguimiento de la batería de la canción que oía, el ruido escapaba a sus orejas y me pareció reconocer al baterista de Maná en Clavado en un bar. Seguí con mi crucigrama. ¿Me iba a hablar o no? Empezaba a desesperarme, ella me seguía observando. Jugándome el buen concepto, temiendo que ella me considerase un desadaptado, reconocí de inmediato a Leisy Suárez, en la esquina inferior izquierda, pero se me ocurrió hacerme el que no recordaba su nombre, así que escribí la L y Suárez, dejando los casilleros en blanco para darle la oportunidad de decirme: "Amigo, es 'Leisy suárez'". Sentí su linda pero descuidada mano sobre mi hombro y comprendí que había perdido, y lo peor es que no le pregunté '¿Va a bajar?', sino qe se me fue un '¿Qué, ya?'; así como el niño del kindergarden que se queda jugando, por fin, con la niñita que le gusta tanto y que nunca antes le había prestado atención, y que a pesar de ser el 'camotito', centro de recepción de burlas por parte de la susodicha y sus amiguitas, se siente feliz, hasta que viene su mamá a recogerlo y éste, igual que yo en ese momento: ¿Qué, ya (nos vamos, mamá)?... ¿Qué, ya (se va a bajar)? Y ella me contestó; no un 'Sí', sino, peor que eso, un 'Sí, ya (se te acabó el tiempo).'