lunes, 2 de marzo de 2009

Cupid’s lonely hearts club band




No crean que este es un cuento de los muchos, de los tantos que van por allá sin rumbo fijo solo porque lleva la palabra Cupido, ni una letra desfigurada de las miles que van en busca de cirujanos de la estética.



Cupid’s lonely hearts club band

(El club de los corazones solitarios de Cupido)



Desde aquí se puede ver ese circulo torpe resplandeciente, una mano temblando y un lápiz demasiado tembloroso también, ese circulo es la defenestrada luna desde el ángulo de la ventana de mi habitación, un circulo ridiculizado completamente en la salsas contemporáneas, como la lluvia, como nosotros los del club de los corazones solitarios.



Es de noche y sin embargo puedo ver, en acuerdo y confabulación con la oscuridad y con permiso de la luna todos los objetos de mi habitación; mi estante, mi escritorio, mi cama propia donde aun estoy acostado y respirando torpe y estúpidamente, en fin, puedo ver el ordenador descansando de las calurosas tardes de verano, demonios pienso, el reloj sigue su marcha como el bombo, bombom de una pieza de rock acelerada, así pasa el tiempo, presuroso; Ya tal vez estemos mañana, ya no es hoy, demonios ,sigo pensando, y siguiendo pensando me levanto en cuclillas y revisó el calendario del año pasado, sí, ya es mañana, aprovecho que me he levantado y busco mi discman en el tercer cajón de mi bureau , es inútil, acabo de recordar que lo malogré, por tocar ahí, donde decía en tres idiomas diferentes: Do not touch the lens, Ne pas toucher la lentille, Die Linse nicht berühren. Demonios, sigo pensando, miro el ordenador como ultimo cómplice de una noche que pronostica, será de insomnio; no aguanto más, necesito escuchar música. Lo he prendido, definitivamente ya es mañana, pero aun de madrugada y no por la mañana, no he prendido el monitor, cuando inserte el disco en la lectora el Windows Media se abrirá solito, cuando inserte el disco en la lectora... demonios otra vez, la lectora está malograda, eso solo le puede pasar a la gente del club, voy al dormitorio de mi hermano y le pulseo su discman, lo único que me falta es que no tenga pilas, seguramente eso sucederá, sí, se equivocan al pensar que sí tuvo pilas, porque no las tuvo, pero este es uno de los casos, pocos en realidad, en que agradezco tener más de un hermano, voy a la habitación de este otro y sustraigo, sin hacer ruido, su discman; ya está, lo prendo y en la pantalla indica que las baterías están debidamente cargadas, felizmente, mi emoción es tal que no lo toco sino lo acaricio, saco el estuche de mi disco y lo abro, el disco rueda por el piso describiendo rutas caprichosas, demonios, mi Yellow submarine songtrack, lo capturo después de haberlo perseguido por toda la habitación a la luz de la defenestrada luna, desde el ángulo defenestrado de mi ventana que a la sazón en italiano es fenestra, lo pongo en el discman, y pongo de frente la canción número seis Lucy in the sky with diamonds, un nombre que me sugiere estrellas de diamantes y no de gases y fuego inclemente, un cielo que brilla por reflejos luminosos y no con luz propia, un reflejo de lo que puede hacer otro ser, de la iluminación que se puede alcanzar gracias a otro ser incandescente y obviamente decente. No se rian, what makes you think you’re special when you smile? Ocho, Sgt. Pepper’s lonely hearts club band. Nueve. With a little help from my friends. Doce, All you need is love. Increíblemente ese es el orden por el que iré esta vez, siguiéndola entre letras y reglones irregulares, sin métrica, lo siento, yo no tengo el talento de Martín Adán y ya se que Bertoldo diría estas cosas mejor pero no las diría nunca. Yo las diré y trataré de ser fiel a esa realidad que me he inventado como te inventé a ti misma y como apareciste y te materializaste como verdad y realidad universales. Cupid’s lonely hearts club band es el titulo que se me ha ocurrido para escribir esto, que tal vez por allá llamarán aquello y que no deja ser entre ser esto y lo otro solo una palabra de escasas letras mezquinas. Pero sería injusto solo ponerme a mí, si leen bien es el club de los corazones solitarios y un club obviamente es un conjunto y un conjunto nunca es uno, ahí esta McDonald y tambien cierta ave legendaria, cierto Vizconde que no me cae para nada, y una felina que dice miau, pero he aquí la historia principalmente de esos dos locos que piensan que llevan mucho honor por sus venas y se creen los últimos de los caballeros, algo así como el Quijote, ellos son el Ave Fénix y el Vizconde de Monte-Cristo que hace ya meses, según la historia que he escuchado contar buscan conquistar a sus respectivas musas, a lo que ellos llaman en actitud bélica los “Reinos Alexandrinos” y es que en sus sendas confesiones ambos se dieron cuenta de que mucho más de una historia de amor desesperada los unía, de que un Javier Velasco no podía haber escrito nada más por casualidad “El diablo guardian” para que llegue a las manos inmortales del Fénix y que tampoco Alejandro Dumas hubiese escrito “La reina Margot” para que doscientos años después el Vizconde la ignore, y es que ellos saben que tal vez morirán en duro calvario , aún mas espantoso que el de aquellos La Mole y Coconnas que murieron por adorar a unas sombras y que murieron porque ellas tambien los amaron, ellos morirán tal vez por una negativa, dos o a lo mucho tres, porque ellos tampoco creen ser hombres que se rindan al primer “NO”. Club de los corazones solitarios, y se dieron cuenta que a más coincidencias sus segundos nombres coincidían como piedras hermanas en los templos de Machu Picchu, que la una era demasiado inteligente y la otra demasiado hermosa, que la una habla perfectamente el inglés pero lo evita y que la otra lo adora y no lo habla tan bien. Las coincidencias tal vez los llevaran a hacerse los mejores amigos del mundo, solamente porque son unos excéntricos y necesitan contarse sus excentricidades y porque tambien se creen una suerte de Peter Pan, que se cuentan cuentos de niños y que se hacen chistes de grandes, pero se los ve a uno extrovertido y al otro todo lo contrario, pero en ambos se esconde la timidez sin limites, la timidez enfermiza que los lleva a decir o hacer lo que deben tartamudeando todo y siendo tan incomprensible que seria necesario buscar en sus corazones. Los dos soñadores han buscado nombres de dibujos animados y cuentos para nombrarlas, una es Pucca y la otra Blanca Nieves, así las han inventado, porque cuando se da otro nombre a una persona se la reinventa toda, y deja de ser esa persona y pasa a ser la otra, si se los viera, lo comprenderían, han llegado casi al limite de volver a reinventarlas dándoles sus nombres originales, y eso ya sería demasiado y yo se los he dicho pero no me han hecho caso, ahora se les pregunta o se les pide una descripción y ellos se limitan a decir respectivamente: como Pucca o como Blanca Nieves.



El Club de los corazones solitarios sabe que el fénix va algo más adelantado que el Vizconde, que al menos a podido arrancar un beso a una Pucca enamorada y confundida y más confundida y siempre enamorada, que el Fénix aparece y se va y cambia de forma para convertirse en el Diablo guardián, que el fénix ha aguantado golpes rudos y que convertido en Diablo guardián sufrió una herida mortal y que tal noticia lo envió del mismo cielo al mismísimo infierno, pero que como Ave Fénix sabe que saldrá adelante aunque sus alas ya no serán las mismas y que no lo llevarán tan lejos, pero sabe que podrá volar, que ya no lo hará como antes pero que volará del recuerdo y es que así es él. El otro, el Vizconde, ya está en el infierno de su cobardía, añoranza y vuelta a tiempos que ya han pasado, que han muerto y que se niega a enterrar por completo, que insiste en recordar aunque ciertos fragmentos le sean dolorosos, el Vizconde ha caído tanto y tan fuerte que ya hasta desconfía de su propia memoria, ¿y si llegara a olvidarla? Se ha preguntado más de una vez, y por eso lleva y fragmenta recuerdos, perdido en su pasión que trata de ahogar, se consuela al ver muy de vez en cuando dos videos que tiene de Blanca Nieves, siempre en bailes y así él la ha inventado alegre, nuca triste, nunca con una lagrima , nunca seria, solo alegre, y una foto que lleva en su libreta de notas, porque el dice que todo miembro de la nobleza debe llevar un libro de notas, le recuerda cada vez que lee, una sonrisa y una presentación vil, temerosa y fugaz de una Blanca Nieves con olor a flores multicolores, no con olor a lavanda porque el dice que ya está demasiado comercializado y que con ese olor las madres limpian el piso todos los días, con olor a tulipanes y buganvillas, le recuerda que no debe escribir poemas sino tan solo leerlos, que Bécquer no tiene nada que decir, que es mudo y el lo reinventa tambien porque no lo quiere leer, solo lee a Martín Adán solo lee Aloysius Acker que de amor no tiene nada, ni siquiera el verso final, tal vez como él piensa que Blanca Nieves hace lo mismo, y tiene lo mismo para él, él cuenta y la verdad que no sé yo si es cierto, que solo por pensar en Blanca Nieves le dijo que no a otra chica cuando estudiaba en una academia, y lo que sé como verídico es saber que el Vizconde que siempre es orgulloso a tenido que comerse sus palabras, que él las da como la mayor garantía, por culpa o como él dice gracia de Blanca Nieves; ha puesto tambien esa canción de The Beatles, que se llama All you need is love y que para los neófitos es aquella canción que sale en Panamericana por el día de San Valentín en su móvil, y ha robado fotos y ha visto tantas otras, fue ella la que mató en él la moral, fue ella la que le hizo ver que la frontera de los limites eran los limites propios, y así llegó a pensar que la inocencia no dependía de uno mismo, sino de los otros, de aquellos soñadores que las inventan porque como Dios crean a imagen y semejanza de sus respectivas imágenes idílicas.



Así ellos, todos los domingos juegan a inventarlas de nuevo, en el Cupid’s lonely hearts club band, las ven, las oyen y las conocen las mismas, que son y son como deberían ser y para qué más, ellos piensan recordando tambien que: There’s nothing they can write, that can’t be wrote. Y entonces sonrisas maliciosas surcan sus labios, y se plantean que si el Grinch pudo arruinar la Navidad ellos con armas de agua, que esta vez serán letales, con rencor mucho y simpatía la misma mojarán, con la excusa de los carnavales, a aquellos enamorados, para que regresen temprano a casa sin haber visto Pretty Woman, ni El cadáver de la novia.


David García

1 comentarios:

metódica on 4.3.09 dijo...

esto ya lo lei antes...creo...o me mata la impresion pero si, me parece que si :S